Beatriz Linares Cantillo


Agosto 16 de 2012



El próximo 21 de agosto, en plenaria de la Cámara de Representantes, se elegirá nuevo(a) Defensor(a) del Pueblo. La Casa de la Mujer, entrevistó a Beatriz Linares Cantillo, abogada postulada.
CM. En casi 20 años de haber iniciado actividades oficialmente la Defensoría del Pueblo, nunca ha tenido una mujer a la cabeza, recordemos que solo han existido 4 hombres defensores. ¿Qué significaría social y políticamente para las mujeres colombianas tener como defensora del pueblo a una mujer?
BL. Yo resumiría la respuesta en dos puntos. Primero, a la defensoría le ha hecho falta el 50% del pensamiento universal, eso significa que si llega una mujer la defensoría del pueblo va a complementar el trabajo de 20 años con el ciento por ciento del pensamiento universal y no solamente con el 50. Segundo, las mujeres deben tener una delegada especializada única y exclusivamente  para proteger y defender los derechos de las mujeres, lo cual significa una política de derechos humanos a favor de las mujeres víctimas de todo tipo de violación, víctimas de violencia sexual en todos los ámbitos, y una mujer a la cabeza que ha defendido derechos de grupos poblacionales va a dar la garantía de que la defensoría va a dejar de ser una institución que trabaja por los derechos en frio para pasar a ser una institución humana, que va a trabajar, por lo menos si yo llego, dedicada única y exclusivamente al sujeto de la constitución política del 91 que es la persona.
CM. Usted lo acaba de decir “por lo menos si yo llego” ¿Por qué cree que debe ser usted la elegida y no las otras dos personas postuladas, Olga Lucia Gaitán y Jorge Armando Otálora?
BL. Yo creo que debería ser una mujer. Yo soy muy cercana a Olga Lucia Gaitán, ella y yo trabajamos juntas en la defensoría, las dos somos abogadas de la universidad de los andes, hay un afecto y un respeto inmenso. Olga Lucia tiene todos los méritos para ser la Defensora del Pueblo,  pero yo también los tengo, creo además que tengo mucha más experiencia en territorio, yo conozco todas las regiones del país, eso me da una ventaja adicional y es saber dónde están las mayores problemáticas del país en materia de derechos humanos, he trabajado más cerca a comunidades, eso me da la garantía de que en esos espacios ya tengo una legitimidad y un respeto de alguna manera ganado y merecido; he trabajado por derechos de grupos poblacionales no solo por derechos; para mí los grupos no son  transversales, los derechos son transversales a los grupos pero no al revés, y tengo una gran cualidad: tengo una inteligencia emocional y racional. La inteligencia racional me la da el saber, son 22 años de experiencia profesional y la racional me la da el sentir, sentir la necesidad de las personas de ser escuchadas por el Estado. Mi propuesta es una defensoría intermediaria y mediadora entre quienes no tienen  voz, que es un porcentaje muy grande del país, y las entidades del Estado, que son las portadoras de las obligaciones en la garantía de los derechos.     
CM. ¿Qué cambios urgentes considera usted que deben llevarse a cabo al interior de la defensoría, de cara a garantizar y proteger los derechos humanos de las mujeres?
BL. Primero tener una delegada propia. Segundo, tener en cada dirección porque la defensoría además de tener delegadas temáticas tiene unas direcciones que no se pueden modificar,  tener un programa de promoción de derechos humanos de las mujeres única y exclusivamente para las mujeres porque es importante alfabetizarlas en sus derechos y enseñarles  la manera de reclamarlos por sí mismas al Estado, en lo local y en lo nacional, sabiendo cuáles son las perspectivas y por supuesto acompañando desde la defensoría. Un programa especializado en la dirección de acciones y recursos judiciales para que las tutelas y las acciones populares y las acciones de grupo tengan una perspectiva diferencial en género pero específicamente para proteger  a las mujeres. Y un tema muy sensible,  un grupo especializado de LGBT para que proteja y asegure los derechos a  través de acciones constitucionales en la reclamación de lo que le es suyo por ser personas no por ser LGBT; un programa especializado en defensoría pública que se encargue única y exclusivamente de atender los procesos donde las adolescentes, las jóvenes, las niñas, sean las victimas con una perspectiva clarísima diferencial por el hecho de ser mujeres, y una dirección nacional de quejas que tenga un programa diseñado desde todos los mandatos de las quejas a nivel mundial con la experiencia que haya a nivel internacional en ello, para las mujeres. Llevamos 20 años donde quienes hemos pasado por la defensoría hemos tratado de posicionar le tema de las mujeres pero ya es hora de una delegada de mujeres.
CM. Una de las funciones de la Defensoría del Pueblo es la de diseñar y adoptar las políticas de promoción y divulgación de los Derechos Humanos en el país, junto a la procuraduría. Conociendo la postura tradicional del procurador Ordoñez, a quien se le reprochan sus convicciones religiosas y su moral conservadora y sabiendo que existe posibilidad de su reelección, ¿Cómo ve usted esta sinergia?
BL. Un poco complicada, pues al contrario del procurador,  mi comportamiento vital no es religioso, es ético, es un comportamiento de principios; yo soy absolutamente institucionalista y respetuosa del marco legal. Donde está el límite normativo ahí está el límite de la ética y de los principios. Las peleas religiosas no tienen ninguna sentido, acá lo importante es luchar por los derechos humanos de las mujeres.
CM. Beatriz, gracias por haber aceptado esta invitación.
BL. Gracias a ustedes.

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