Esta guerra no es de las mujeres






Esta guerra no es de las mujeres


Comunicado de la Casa de la Mujer


La Casa de la Mujer expresa su solidaridad y apoyo a la valiente acción de los 400 indígenas que permanecen en la base militar de Cerro de Torres, en Toribío, Cauca. Una comisión que está allí con la única intención de rescatar sus territorios de la confrontación armada y, defender su derecho a vivir en paz.

No es sencillo enfrentarse sin armas con quien quiere posicionarse de un espacio a la fuerza y utilizando el poder; por ello, la actitud airada de este pueblo indígena es motivo de reconocimiento pues su intención no es otra que custodiar las antenas de comunicación e impedir que los militares permanezcan allí. Unas antenas que no solo significan la emisión de una señal sino también los recursos que hacen parte de su diario vivir, de su cultura, de su herencia. Como todas y todos, este pueblo tiene derecho a defender con ahínco lo que es suyo, lo que ha luchado y sufrido, lo que le permite un contacto con el mundo exterior, una tecnología que le da la oportunidad de compartir sus saberes y visibilizar situaciones propias de su entorno.

Ese mismo pueblo que hoy exige el retiro de la fuerza pública, había hecho lo mismo con varios guerrilleros de las FARC. Es su lucha por impedir que las armas sigan estropeando la tranquilidad de sus vidas, una tranquilidad que se desestabiliza con esta guerra llena de acciones ilógicas.

Y hoy, en esta coyuntura, queremos expresar una vez más que las mujeres estamos cansadas de la guerra; no queremos continuar entregando a nuestras hijas e hijos para que sean asesinadas y asesinados en confrontaciones defendiendo una guerra que no es nuestra. No más lágrimas por la pérdida de los seres amados, no mas despojos; no más dolor, no más pérdida de vidas humanas, arrasamiento de los territorios, violencia en contra de las mujeres, minas antipersona, reclutamientos forzados ¡No más vulneración de los derechos humanos!
Nosotras, como otras organizaciones de mujeres, organizaciones sociales, y pueblos, continuamos exigiendo la negociación política del conflicto como la única salida ética y política que dignifica nuestra condición humana.

Hacemos un llamado a todos los varones de la guerra a que depongan los fusiles y tengan la fuerza y la entereza humana para reconocer que esta lucha no se gana con más armas, violencia, odios ni venganzas sino con el reconocimiento de la necesidad de una negociación política, de transformaciones en la redistribución del ingreso, la riqueza, los recursos y el poder político.

Instamos al Secretariado de las FARC respetar el Derecho Internacional Humanitario, y al Estado colombiano a proteger y garantizar los derechos de las comunidades que, como el pueblo indígena del Cauca, se niegan a la militarización de sus territorios y sus vidas






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